Las personas inteligentes no nacen inteligentes, sino que adquieren hábitos que favorecen el desarrollo saludable de su cerebro. Esa es una de las conclusiones a las que llegó I. C. Robledo, uno de los autores más vendidos de Amazon. En su libro, te propone realizar pequeños cambios de vida que te volverán más inteligente. Desde reorganizar los muebles de tu casa hasta enseñar a otros para reforzar tus aprendizajes. ¡Acompáñanos en esta lectura!
¿Qué es un hábito inteligente?
Según el autor, es una acción que una persona realiza con regularidad porque le ayuda a desarrollar más su mente e intelecto. En este libro, Robledo aborda decenas de hábitos inteligentes y explica cómo aplicarlos.
Las personas inteligentes no nacieron de esa manera, necesitaron esfuerzo y trabajo para ser como son. Aunque la incorporación de hábitos que favorezcan este desarrollo puede hacer la diferencia.
Para desarrollar una mente inteligente se deben adoptar prácticas desafiantes a la vida cotidiana que estimulen a la mente a trabajar. Cuando el aprendizaje se limita al salón de clases, las personas tienen menos probabilidades de alcanzar su potencial.
Y es importante que sepas que todos podemos desarrollar estos hábitos, sin importar qué tan inteligentes nos consideremos.
El propio Robledo creía que no era el muchacho más brillante de la clase durante su adolescencia. En ese momento, decidió comenzar a prestar atención a las cosas que hacían las personas inteligentes. Fue su manera de enfrentar esa preocupación personal.
En total, Robledo recopila los 36 hábitos inteligentes más útiles que aprendió a lo largo de los años. Aunque antes, a modo de introducción, enumera cinco realizaciones que te permitirán maximizar los beneficios de estas prácticas:
- Es posible mejorar y expandir tus habilidades si trabajas en ellas.
- Los hábitos que adoptas influyen en qué tan inteligente puedes llegar a ser.
- Los hábitos inteligentes son diferentes de otros hábitos, deben significar un reto.
- Todo conocimiento nuevo se construye sobre cosas que aprendiste anteriormente. Aprende los fundamentos de algo antes de avanzar hacia temas más avanzados, así evitarás la frustración.
- Ser inteligente es una elección de estilo de vida, mantén una actitud positiva y entusiasta hacia el reto.
Antes de comenzar con la lista, es importante dejar en claro que el autor no estableció un tiempo definido para aplicar los hábitos. Cada persona tiene su propio ritmo, respeta el tuyo.
Aprende algo todos los días
Lo genial sobre los nuevos aprendizajes es que puedes dosificarlos para incorporar nuevos conocimientos cada día. Los primeros diez hábitos seleccionados por Robledo tienen que ver con esta intención.
- Leer libros, artículos e historias: prioriza la calidad sobre la cantidad. Procura leer sobre menos temas con una mayor profundidad.
- Lee un periódico local, sigue blogs, busca historias y navega en el Project Gutenberg, una librería online repleta de clásicos gratuitos.
- Ver videos: en Youtube puedes encontrar contenido sobre recetas, deportes, música, ciencia, cine; tutoriales técnicos y sobre software; y cualquier cosa que se te ocurra.
- Robledo recomienda en especial las TED Talks, charlas de pocos minutos de duración sobre una infinidad de temas.
- Escuchar podcasts: hazlo mientras cocinas, haces las compras o realizas ejercicios. Busca podcasts a través de Spotify o iTunes.
- El autor te propone Radio Ambulante, un podcast narrativo que cuenta historias de América Latina.
- Buscar palabras nuevas: cuando te encuentres con una palabra que no conoces, intenta entender su significado a través del contexto que la acompaña.
- Si aún así no lo consigues, búscala en un diccionario y lee su origen, los conceptos que la definen y su pronunciación. Una vez que la comprendas, úsala en una conversación.
- Aprender y practicar un nuevo idioma: investiga la música, costumbres y comidas de los hablantes de otra lengua. Eso acelerará tus aprendizajes.
- La app Duolingo puede ayudarte a comenzar, pero también puedes ver películas en otro idioma, conversar con un hablante nativo u hospedar a un estudiante extranjero.
- Hacer preguntas: no tengas miedo de preguntar, la curiosidad es un conductor de la inteligencia. Preguntar puede llevarte a nuevos cuestionamientos que te faciliten la comprensión de un tema.
- Investigar conceptos con mayor profundidad: esfuérzate por aprender sobre los detalles de las cosas que te rodean y percibirás el mundo con mayor precisión. No te quedes con lo básico.
- Inscribirse en un curso online: hay miles de opciones sobre miles de disciplinas. Muchos son gratuitos y entregan certificados. Dale un vistazo a Coursera y Khan Academy.
- Participar en aprendizajes sociales por internet: los foros online ya mencionados pueden ser nichos que derrochan aprendizajes, además de permitirte socializar.
- Aprender dentro de tu comunidad: similar a los foros, pero fuera de los dispositivos. Busca grupos de estudio o aprendizaje en tu ciudad en Meetup.com. Pueden ser sobre idiomas, instrumentos musicales o cualquier otro asunto.
Desafíate e intenta cosas nuevas
Es importante que tu mente enfrente retos que la saquen de su zona de confort. Estar dispuesto a aceptarlos y tener perseverancia para superarlos son atributos fundamentales de las personas consideradas inteligentes.
El autor incluye siete hábitos en este apartado. Veamos cada uno.
- Usar juegos que involucren el pensamiento crítico, la planificación o el cálculo: el ajedrez o el sudoku te desafían a recordar información o usarla de manera inteligente. También requieren pensamiento crítico y habilidades lógicas.
- Usar programas de entrenamiento mental: son herramientas que ofrecen problemas matemáticos o de memorización capaces de estimular el cerebro. Por ejemplo, la plataforma Lumosity.
- Cambiar tu rutina: permanecer en piloto automático durante tus actividades cotidianas evita que prestes atención a las cosas.
- Abandona esta mala costumbre introduciendo pequeños cambios en tu rutina, como elegir una nueva ruta hacia el trabajo.
- Observar los detalles de tu entorno: consiste en mirar con atención minuciosa las cosas a tu alrededor. Puedes hacer uso de tus cinco sentidos para descubrir cosas que nunca habías notado.
- Realizar experimentos mentales: se trata de hipótesis que son difíciles de probar en el mundo real. La alternativa, entonces, es comprobarlas en tu mente.
- Llevar a cabo experimentos de vida: muy parecido con el anterior, aunque en este caso sí puedes aplicarlos en la realidad.
- Resolver problemas matemáticos mentalmente: saber resolver sumas, restas y multiplicaciones y divisiones básicas te facilitará varios aspectos del día a día.
Intenta calcular la propina en un restaurante o el valor total de tu compra mentalmente.
Socializa tu cerebro
Probablemente ya sabes que los humanos somos seres sociales. Necesitamos convivir con nuestros pares y mantenernos comunicados para sobrevivir. Sin este intercambio de información, seríamos incapaces de progresar rápido en nuestra comprensión colectiva de las cosas que nos rodean.
Cuando estamos en un grupo, el simple hecho de seguir la conversación y evaluar si tenemos algo interesante para aportar, así como seleccionar el momento apropiado para hacerlo, pueden ser ejercicios muy saludables para el cerebro.
Esta sección incluye cinco hábitos.
- Hablar con niños que tienen curiosidad: sus preguntas te harán pensar, porque no es suficiente que sepas sobre un tema, debes ser capaz de colocarte en el lugar del niño para explicarle de modo que pueda comprender.
- También puedes simular ser un niño y dirigir los cuestionamientos hacia ti.
- Tener una conversación estimulante: las personas inteligentes suelen estar bien informadas, tener curiosidad y generar varias ideas.
- Una conversación con una persona que reúna estas cualidades puede brindarte nuevas perspectivas sobre un asunto.
- Enseñar o mostrar a alguien cómo realizar una tarea: podrás comprobar qué tan profundo es tu conocimiento. El acto de explicar algo dejará en evidencia tus propias limitaciones sobre el tema.
- Ofrece tu ayuda a un compañero de estudios o sé tutor voluntario en una escuela.
- Pensar con claridad: evita decir lo primero que se te venga a la mente. Tómate unos minutos para evaluar y pulir tus ideas y considerar a quién te estás dirigiendo.
- Así podrás transmitir mensajes sencillos, claros y directos que, al final, es el objetivo de una buena comunicación.
- Hablar claramente: en la misma línea que el anterior, tómate un tiempo para articular tus palabras con claridad. Si hablas demasiado rápido, correrás el riesgo de perder la comprensión y el interés de tu interlocutor.
Practica tu memoria
Actualmente confiamos en una gran variedad de dispositivos para almacenar información importante. La contrapartida de esto es que dejamos de ejercitar nuestra memoria, pieza clave en el desarrollo de una mente inteligente.
Ten en cuenta los próximos seis hábitos.
- Memorizar números: ya sean teléfonos de amigos o familiares, tu número de seguro social o la matrícula de tu auto; estarás ejercitando tu mente.
- Recordar tu día: antes de dormir, recapitula sobre los eventos que sucedieron durante el día. Qué conversaciones tuviste, qué hiciste en el trabajo y qué comiste.
- Estarás recreando las memorias en tu mente, fortaleciendo tus recuerdos.
- Si olvidas algo, volver sobre tus pasos: puedes hacerlo mental o físicamente. Vuelve atrás sobre lo último que acabas de conversar o hacia la habitación en la que estabas.
- Recibirás los mismos estímulos y será más fácil recordar lo que olvidaste.
- Reorganizar tus pertenencias: colócate pequeños desafíos diarios cambiando de lugar tus llaves o tu billetera. También puedes reubicar los artículos de tu baño.
- Esforzarse por recordar: ante una pregunta, evita responder rápidamente “no sé” o “no me acuerdo”. Haz un esfuerzo por recordar lo que sabes sobre esa cuestión y te sorprenderás con el resultado.
- Asociar tus experiencias con recuerdos anteriores: para intentar recordar algo, selecciona un objeto o situación y piensa en todo lo que puedas recordar asociado a ese elemento.
El objetivo es recuperar recuerdos usando tu entorno inmediato como punto de partida.
Hábitos de vida útiles
Para finalizar, Robledo enumera ocho hábitos inteligentes que puedes usar en tu vida cotidiana.
- Pedir ayuda cuando la necesitas: evita ser orgulloso y lograrás acelerar tus aprendizajes. Recurre a amigos, familiares, profesores o grupos de estudio.
- Formar analogías: consisten en comparar lo que intentas aprender con algo que ya conoces. Funcionan como puentes entre conceptos.
- Escribir o grabar tus pensamientos: esta práctica te permite desglosarlos y pensar por qué piensas de esa manera. Además, te permite revisar tus pensamientos más adelante.
- Organizar tus notas: organizarlas físicamente hará que sean más claras mentalmente. Un buen método es plasmar un tema en un mapa mental.
- Definir tu meta principal para el día: esto te dará claridad y determinará el tono general del día. Puedes complementarlo con otras tareas que te acerquen a ese objetivo.
- Pensar por adelantado y tener planes de respaldo: este hábito te dejará más preparado para lidiar con el dinamismo del día a día.
- Hacer que el aprendizaje sea divertido, interesante y relevante: un gran consejo para cuando debes aprender un tema que no te interesa para la escuela o el trabajo.
- Aplicar lo que lees y aprendes: sin práctica, no conseguirás retener tus aprendizajes. Evita caer en un ciclo de lectura y análisis interminable y lánzate a la acción.
Notas finales
Para poner los hábitos en práctica, el autor sugiere el siguiente ciclo: selecciona el o los hábitos a incorporar, aplícalos, revisa tu progreso y realiza mejoras para optimizarlos hasta que consigas dominarlos.
Ya tienes todas las herramientas para mejorar tus capacidades intelectuales. ¡Buena suerte y buenos hábitos!
Consejo de 12min
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